si sólo comparamos los procedimientos del actual proceso constituyente con los dos que le antecedieron, saltan a la vista las diferencias irremediables: en 1978, al final de una larga dictadura civil y militar, el dictador nombró a dedo una comisión de notables, en la que estaba oswaldo hurtado, para que redacte la nueva constitución. en 1998, la mayoría reaccionaria, dirigida por el mismo hurtado, se atrincheró en la academia de guerra, en sangolquí, para promulgar la constitución neoliberal. la constitución del 2008 pasará a la historia como la de los excesos: exceso de representación popular. exceso de participación y debate. exceso de palabras escritas en la ruptura del largo silencio impuesto por las clases dominantes. pero nadie podrá negar que este proceso constituyente ha sido el más genuino ejercicio de democracia participativa. por ello, para cerrar con broche de oro, esta será la primera constitución que, en la historia de la república, se apruebe - o desapruebe - con votación popular, luego de un intenso proceso de difusión y debate.
una constitucion escrita en el continente de la esperanza.-
después de las dictaduras, de espanto y pesadilla, de los años 70 y 80, del siglo xx, después de la “larga noche neoliberal”, impuesta por las potencias en el transmilenio, la fiesta democrática que vive hoy américa latina, en la que los votos son las bengalas del porvenir, podemos decir que en ninguna parte del mundo se respira tanta luz y optimismo. una primera lectura de la nueva carta política nos sumerge en la visión de un mundo de paz, sin guerras, sin bases militares, sin potencias hegemónicas, en el que los pueblos y sus estados promuevan el multilateralismo, la solidaridad y la cooperación. en la que se cumpla el sueño bolivariano de la integración real de américa latina. en la que se parta del reconocimiento de la diversidad como rasgo esencial de la personalidad de nuestros pueblos, en la que se funden, como lo había entrevisto el libertador en la carta de jamaica de 1815, lo americano indígena, lo ibérico, lo africano, y otros aportes del mundo, en una mezcla que es algo más que una prolongación de esas esencias y que obliga al respeto de la alteridad, la práctica de la interculturalidad y la conciencia de que somos un estado unitario plurinacional. en consecuencia, la constitución busca hacernos un territorio de vigencia plena de los derechos humanos, liberado de toda forma de discriminación por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado judicial, condición socio-económica, condición migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar vih, discapacidad, diferencia física.¡ cuánto dolor se habría evitado la humanidad y nuestra patria si las clases dominantes se hubieran emancipado de todas esas formas de discriminación y fanatismo!